A veces me pregunto como hacían nuestras abuelas o como siguen haciendo en las comunidades que es típico el tener muchos hijos, porque para mi, dos me parecen un ejército. Un ejército que no da tregua, que siempre necesitan algo, que sí no es un uno es el otro. Que con lo pequeños que son ya intentan vacilarte o llevarte a su terreno. Pequeños terremotos que les encanta llegar hasta el límite y poner tu paciencia al límite en todo momento. Pero lo que yo no sabía que al mismo tiempo que yo les enseño a ser buenos hijos ellos me enseñan a ser buena madre. Que ellos no decidieron nacer sino que fue una decisión mía y del padre, así que es lo que toca por muy duro que sea siempre pienso que llegarán tiempos mejores sin saber que el momento es ahora.
Creo que aprendo más yo de ellos que ellos de mi y es que es increíble todo lo que expresan sin ni siquiera decir palabra.
El día de la madre en España ya se celebró pero estos días es el día de la madre en América, así que aprovecho para felicitar a todas las madres del mundo porque sin duda nadie se merece un aplauso mejor y más fuerte que las madres.
Ese ser tan extraodinario que puede hacer 20 cosas a la vez, que olvida hasta su propia vida para entregársela a sus hijos. Y aún y así se sigue sintiendo que no hace todo lo que podría.
Pero alguien me puede decir como lo hacían las abuelas que tenían tantísimos hijos? Aún no lo entiendo!
Como no acababan volviéndose locas, porque a todos los hijos que tenían había que sumar el machismo que existía y el que casi ninguna trabajaba fuera de casa así que no tenían otra vía de escape, sólo casa, niños, marido...
Será que hoy en día no tenemos paciencia? Será que sólo queremos tiempo para nosotros? Será que sólo pensamos en cuando se vaya la crisi y tengamos un buen trabajo, un buen coche, una buena casa... Para decidirnos a formar una verdadera familia. Y sí ese momento no llega nunca?
El materialismo ha podido con nosotros y nos hemos olvidado que estamos creados para procrear básicamente eso es la vida.
Hay veces que no me puedo levantar, que no llego a tiempo, que no doy más... Pero veo mis dos niños y pienso; es lo mejor que he podido hacer en la vida, es algo de lo que nunca me arrepentiré, son mi creación y la mejor versión de mi.
Ver sus caritas me hace taaaan feliz que son la mejor medicina para que se me camuflen todos los males. No hay nada más fuerte que ellos mismos para que me empujen a seguir luchando.
Dicen que sarna con gusto no pica y es verdad, me puede el estrés pero al mismo tiempo siento que me estoy haciendo más fuerte y es un dolor que me gusta... Masoquista? Nose como llamarlo pero es un sentimiento raro.
Me siento muy afortunada por estos dos niños, por el padrazo que tienen y por tener este blog que me ayuda a desahogarme. Gracias a todos los que me leen.
Chela.